La leche materna es el nutriente perfecto para el bebé, siempre está disponible a una temperatura adecuada y cuesta menos que la alimentación artificial. Es un líquido con características propias que le hacen diferente a otras leches, es apropiada para los bebés y  es el alimento más completo y seguro.

La leche materna, es un líquido vivo y cambiante, que se adapta a las necesidades propias del bebé, de acuerdo a sus etapas de crecimiento y a la necesidad de adquirir protección inmunológica para la prevención de enfermedades. Tiene la capacidad de modificarse en su composición a las diferentes horas del día, siendo en la mañana más espesa que a la tarde y varia aun en una misma mamada, la leche de inicio de succión es más fluida o liquida que la del final que es más espesa y es la que produce saciedad.

Existen variaciones en la leche materna en relación a: temperatura del ambiente,   estado nutricional materno, cantidad que se produce en cada lactada, durante el día y noche. Los componentes de la leche materna como: agua, lactosa, proteínas, ácidos grasos, inmunoglobulina A y células blancas, se adaptan a las necesidades del bebé de acuerdo a la edad y a las diferentes horas del día.

En los primeros seis meses de vida, la leche materna cubre los requerimientos nutricionales, no necesita complemento con formula, ni agua adicional. En ambientes muy calurosos la leche es más fluida y sacia la sed del bebé, siendo excepcional que la lactancia exclusiva necesite ser complementada.

Aspectos nutricionales de la lactancia

El crecimiento durante el primer año de vida es más rápido, el lactante necesita de nutrientes específicos para cubrir sus necesidades calóricas y nutritivas. El feto, ha recibido una cantidad mayor de ciertas vitaminas y minerales que se almacenan en el hígado y cubren las necesidades de los primeros meses de vida postnatal (Fe  Hierro, Cu Cobre y Vitamina A, B, C, D). A partir de los seis meses de edad es necesaria la introducción de otros alimentos en forma paulatina para cubrir el incremento calórico, nutricional y así continuar con un crecimiento y desarrollo normal. La lactancia puede continuar hasta los dos años de edad con alimentación complementaria adecuada.